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Tabea Blumenschein & Ulrike Ottinger

Programa 4: Bildnis einer Trinkerin (1979)

SÁBADO 21 OCT / 19:30h  
FILMOTECA DE CANTABRIA 

Bildnis-einer-Trinkerin

BILDNIS EINER TRINKERIN. ALLER JAMAIS RETOUR

Viaje sin retorno

Ella, una mujer de exquisita belleza, de una gracia antigua y proporciones dignas de Rafael, una mujer como ninguna otra, creada para ser Medea, Madonna, Beatriz, Ifigenia, Aspasia, decidió un soleado día de invierno abandonar La Rotonda…

Compró un billete sin retorno a Berlín-Tegel. Quería olvidar su pasado, o más bien abandonarlo como una casa que va a ser demolida. Quería concentrar todas sus fuerzas en una cosa, en algo suyo. Seguir por fin su propio destino era su único deseo. Berlín, una ciudad en la que era una completa desconocida, parecía el lugar ideal para satisfacer su pasión sin ser molestada. Su pasión era el alcohol, vivía para beber y bebía para vivir, la vida de una alcohólica. Su determinación de vivir un culto narcisista y pesimista a la soledad se fortaleció durante su huida hasta el punto de entrar en una escena digna de ser vivida.
Había llegado el momento de poner sus planes en acción. 
--Introducción, extracto del guión.

El movimiento de transformación en esta película tiene una trayectoria opuesta a la de la película anterior, Madame X. Allí las mujeres vienen de entornos muy específicos para viajar hacia lo desconocido, aquí una mujer sin nombre viene de un lugar desconocido y se introduce en una ruta turística por Berlín muy particular, centrada en su afición por las bebidas alcohólicas. En cierto sentido, este proyecto representa también una exploración de lo desconocido, y la muerte y la aniquilación aguardan por igual al término de cada viaje, tanto el de las regiones extremas de la aventura como el del total repliegue narcisista hacia una misma. --Ulrike Ottinger

Ticket of No Return

She, a woman of exquisite beauty, of classical dignity and harmonious Raphaelesque proportions, a woman, created like no other to be Medea, Madonna, Beatrice, Iphigenia, Aspasia, decided one sunny winter day to leave La Rotonda…

She purchased a ticket of no return to Berlin-Tegel. She wanted to forget her past, or rather to abandon it like a condemned house. She wanted to concentrate all her energies on one thing, something all her own. To follow her own destiny at last was her only desire. Berlin, a city in which she was a complete stranger, seemed just the place to indulge her passion undisturbed. Her passion was alcohol, she lived to drink and drank to live, the life of a drunkard. Her resolve to live out a narcissistic, pessimistic cult of solitude strengthened during her flight until it reached the level at which it could be lived.
The time was ripe to put her plans into action.
Introduction, excerpt from the script

The movement of transformation in this film has the opposite trajectory as the previous film Madame X. There women come from very specific backgrounds to journey into the unknown, here a woman without a name comes from an unknown place and engages in a most specific sight-seeing tour of Berlin based on her interest in alcoholic beverages. In a sense this project also represents the exploration of the unknown, and death and destruction await her equally at the end of each journey, that to the extreme outer regions of adventure as well as that of total narcissistic retreat into the self.
Ulrike Ottinger

Traducción de texto: Javier Oliva