CINEINFINITO / Cine Club Filmoteca de Cantabria
Viernes 23 de Marzo 2018, 17:00h. Filmoteca de Cantabria
Calle Bonifaz, 6
39003 Santander
Programa:
My Home Movies (1964) 16mm, color, silente, 25′
Home Movies Rome/Florence/Venice (1965) 16mm, color, silente, 8′
Home Movies: NYC to San Diego (1968) 16mm, color, sonido, 12′
Formato de proyección: HD 2K (Nuevo transfer digital realizado en primicia para esta sesión)
(Agradecimiento especial a Filmmaker’s Coop NY)
Taylor Mead: miembro de la fábrica de Andy Warhol
El actor y poeta Taylor Mead fue un intérprete instintivo y natural que se asoció con el movimiento del Nuevo Cine Americano y fue la primera «superestrella» de la Factoría de Andy Warhol. Su inicio en la actuación fue en 1959, cuando el cineasta experimental Ron Rice lo incluyó en The Flower Thief.
Este himno al estilo de vida beatnik de las comunidades bohemias de San Francisco se convertiría en una de las películas underground más exitosas, batiendo récords de asistencia en el famoso Charles Theatre en la Calle 12 de Nueva York, donde Jonas Mekas era programador.
Los críticos del New Yorker y del Village Voice se enamoraron de la imagen de Mead, que describieron de forma variada, desde “regocijo élfico» hasta «una mezcla entre un zombi y un muñeco». Mead publicó de forma privada dos volúmenes de sus diarios, Excerpts from the Anonymous Diaries of a New York Youth, en 1961 y 1962. Completamente cándido acerca de su homosexualidad, su amor por Hollywood y su exaltación de los escritores Beat, estos libros causaron una pequeña sensación en Nueva York y atrajeron la atención del artista Andy Warhol, que estaba entonces empezando a experimentar con el cine.
Warhol admiró los escritos de Mead y sus apariciones en cine, y Mead recordó que en su primer encuentro recibió el «tratamiento regio, incluidos los sándwiches de pepino y el encuentro con su madre». Su primera colaboración en cine, Tarzán and Jane Regained… Sort Of, de 1963, se basó en gran medida en las imágenes de la poesía de Mead. La película tiene similitudes sorprendentes con The Flower Thief, y hay una serie de largas secuencias en las que se ve a Mead jugueteando en bañador, que normalmente se le cae. Después de que un crítico hostil se quejó de que la película tenía poco interés y era principalmente un tributo al trasero de Mead, Warhol y Mead hicieron una película sardónica de dos horas titulada Taylor Mead’s Ass (El culo de Taylor Mead).
La mayoría de los papeles de Mead fueron improvisados, los directores confiaban en su flotabilidad natural y carisma, que en muchos casos se capturaba en una sola toma. En 1964, Robert Downey, Sr. eligió a Mead como presidente de los Estados Unidos para su presentación de una película biográfica presidencial, Babo 73. Sin ningún permiso o pase, Downey ordenó a Mead entrar en los terrenos de la Casa Blanca, incluyendo el interactuar e irritar a un par de generales indecisos, que finalmente le pidieron que se marchara.
Mead se convirtió en un fijo en La Factoría y protagonizó obras clásicas de Warhol como Lonesome Cowboys, The Nude Restaurant, Couch e Imitation of Christ. Sin embargo, a diferencia de algunos otros favoritos de Warhol, Mead también colaboró continuamente con muchos otros directores, tanto en el cine como en el escenario. Apareció en obras de escritores de vanguardia como Frank O’Hara y Charles Ludlum y escribió el guión de la película Tarzan (1969) de Rudolph Burckhardt.
El estatus “de culto“ de Mead como actor se mantuvo constante y continuó inspirando a los cineastas hasta su muerte. En la década de 1990, Mead protagonizó una serie de películas para el director y fotógrafo Robert Frank, incluyendo C’est Vrai y Last Supper, y más recientemente apareció en Ecstasy in Entropy, del transgresor Nick Zedd.
En 2005, se publicó una colección de la poesía de Mead, A Simple Country Girl, y en el mismo año fue el tema del documental Excavating Taylor Mead, una película que introdujo la miríada de lados de su personalidad excéntrica para el público más joven. El título de la película era, en parte, un juego de palabras sobre las hordas y colecciones de parafernalia con las que vivía Mead y que prácticamente consumían su apartamento.
Aunque todavía estuvo haciendo películas, en los últimos años se le vio más comúnmente como una leyenda de la escena poética de Nueva York y como un personaje familiar del centro de la ciudad. Jim Jarmusch rememoró cómo Mead alimentaba gatos callejeros todas las noches en una ceremonia del East Village, una responsabilidad que se tomó muy en serio. Cuando tuvo que ir a Europa para Coffee and Cigarettes dirigida por Jarmusch, Mead reclutó al hermano del director para que alimentara a los gatos en su ausencia. Después de una larga disputa con el casero, Mead tuvo que abandonar su apartamento en el centro de la ciudad en primavera y sufrió una apoplejía poco después.
Taylor Mead, actor y poeta: nacido en Grosse Point, Michigan, el 31 de diciembre de 1924; falleció en Denver, Colorado, el 8 de mayo de 2013. –Colin Herd
My Home Movies (1964)
«Mis películas caseras, que hasta ahora pesan 2 libras, comenzaron en la Ciudad de México donde me aburría y compré unos 50 pies de Keystone en un National Pawn Shop – la ciudad, México, me chifló de inmediato-. De verdad marca la diferencia -y en 16 mm- pero quería filmar en color, y en México el precio es de unos 10 dólares por 50 pies, así que la mayor parte del tiempo tuve que presionar el botón de un solo fotograma -ay de mí, pero de todas formas es encantador-. Seguí presionando una vez que crucé la frontera hacia EE. UU., hacia N.Y. y Malibú». –TM
«My home movies which weigh 2 pounds so far began in Mexico City where I got bored and bought a 50-ft. Keystone at National Pawn Shop-I was immediately turned on-to the City, to Mexico-it really makes a difference-and in 16mm-but I wanted to shoot in color and it costs about 10 dollars/50 ft. in Mexico so I had to push single frame button much of the time-oh me, but its lovely anyway-I kept pushing once I crossed border into U.S. and N.Y. and Malibu» –TM
Home Movies: NYC to San Diego (1968)
«Películas muy elogiadas como entre las primeras en estilo de fotograma único (doble, triple, etc.) de Jonas Mekas (director del Anthology Film Archives, NYC). Recibió un premio del Consejo de las Artes de Nueva York. En 1982, el crítico Bartlett Naylor describió las películas en la prensa de San Francisco, incluyendo al principio una cita de Taylor Mead: «Filmé mis películas caseras con la cámara de mano más barata y pequeña que pude comprar. Y a principios de los 60, la película era tan cara que solo empleaba el botón de un solo fotograma”. Esta disculpa es una introducción modesta a una película muy hábil (aunque decididamente no profesional en el sentido monetario) de diez minutos (“a veinte fotogramas por segundo”) que podría llamarse ‘The Grand Tour’. La película parpadea a través de un milenio de cultura, tal y como le aparecería a un turista. Es una película intensa, y sin embargo hay una increíble riqueza de información sorprendentemente accesible. Además de la emocionante experiencia en sí misma, la vertiginosa lección de historia es un recordatorio de que la mente puede moverse a paso de relámpago: la forma en la que se presenta habitualmente la información es un insulto a la capacidad mental». –TM
«Films highly praised as among earliest in single (double, triple, etc.) frame style by Jonas Mekas (director of Anthology Film Archives, N.Y.C.). Awarded New York State Council of the Arts grant on basis of the films. In 1982 critic Bartlett Naylor in San Fransisco press described the films, including an opening quote by Taylor Mead: ‘I shot my home movies with the cheapest, littlest hand-held camera I could buy. And in the low 1960s film was so expensive that I just used the single frame button.’ This apology is a modest introduction to a very artful (though decidedly unprofessional in the monetary sense) ten minute (‘to twenty’) flick that might be called ‘The Grand Tour.’ The film flickers through a millennium of culture as it would appear to a tourist. It is an intense film, yet, there is an incredible wealth of information surprisingly accesible. Aside from the exciting experience itself, the breakneck history lesson is a reminder that the mind can move in lightning steps: the plodding way information is typically presented is an insult to mental capability.» –TM
(Traducido de los textos por Óscar Oliva y revisado por Javier Oliva)