CINEINFINITO / Centro Cultural Doctor Madrazo
Jueves 11 de Mayo de 2023, 18:00h. Centro Cultural Doctor Madrazo
Calle Casimiro Sainz, s/n
Programa:
– Day Tripper / Le Voyageur diurne (1966), 16mm, b&n, sonora, 9 min.
– Homeo (1967), 16mm, color, sonora, 38 min.
– Chromo Sud (1968), 16mm, color, sonora, 21 min.
Formato de proyección: HD (nuevas digitalizaciones)
Agradecimiento especial a Light Cone
Étienne O’Leary es un cineasta experimental, compositor y pintor de Quebec nacido el 24 de octubre de 1944 en Montreal y fallecido el 17 de octubre de 2011 en la misma ciudad. Es una figura clave del cine underground francés de los años 60.
Étienne O’Leary estudió en el Collège Stanislas de Montreal y luego llegó a Francia en 1958, cuando tenía 14 años.
En 1964 realiza una película durante unas vacaciones en Chamonix con su primera cámara, una Beaulieu 16 mm, que le regaló su padre; la película ha desaparecido. Apasionado del cine, ingresa el mismo año en el conservatorio independiente del cine francés. Asiduo visitante del Museo de Arte Moderno de París y de la Cinémathèque française, O’Leary se interesaba tanto por la música, la pintura o la fotografía como por el cine. En París descubre las películas de Warhol, Markopoulos y Man Ray, la pintura de Kandinsky y a los compositores Cage, Xenakis y Stockhausen, entre otros.
En 1966 realizó su primera película, Day Tripper / Le Voyageur diurne, que realizó en su totalidad. Confeccionó una banda sonora formada por collages de varios elementos sonoros, ruidos e incluso algunas pistas musicales distorsionadas que grabó él mismo. El uso de su cámara Beaulieu le permite avanzar hacia atrás la película de 16 mm y crear efectos de doble exposición al impresionar la película por segunda vez, o efectos de parpadeo al superponer imágenes de varias escenas distintas. La imagen de la película es casi en su totalidad el resultado del montaje en cámara, que produce una sucesión de imágenes (además de sonidos) fragmentadas y deconstruidas.
Homeo, en 1967, fue una oportunidad para que O’Leary continuara con sus experimentos visuales y sonoros. El ritmo es más vivo, y las sobreimpresiones más numerosas.
En 1968 realiza su tercera y última película, Chromo sud. Demostrando el dominio de sus técnicas, sumerge al espectador en un universo oscuro y psicodélico.
Cercano a los cineastas Jean-Pierre Bouyxou y Pierre Clémenti, del grupo Zanzibar, hizo breves apariciones en sus películas.
Las películas de O’Leary forman parte del panorama del cine underground francés de los años 60.
En 1971 regresa a Montreal donde se dedica a la pintura. Diagnosticado de esquizofrenia en 1968, no realizó más películas y cayó en el olvido hasta que en los años 2000 se llevó a cabo la retrospectiva Jeune, ¡Dure et Pure! que organizaron en la Cinémathèque Christian Lebrat y Nicole Brenez.
Étienne O’Leary est un cinéaste expérimental, compositeur et peintre québécois né le à Montréal et décédé le à Montréal. Il est une figure du cinéma underground français des années 1960.
Étienne O’Leary, né en 1944 à Montréal, étudie au Collège Stanislas de Montréal puis arrive en France en 1958, alors âgé de 14 ans.
En 1964 il réalise un film lors de vacances à Chamonix avec sa première caméra, une Beaulieu 16 mm, offerte par son père, film aujourd’hui disparu. Passionné de cinéma, il entre au conservatoire indépendant du cinéma français la même année. Visiteur assidu du musée d’art moderne de Paris et de la Cinémathèque française, O’Leary s’intéresse aussi bien à la musique, la peinture ou la photographie qu’au cinéma. Il découvre, à Paris, les films de Warhol, Markopoulos, Man Ray, la peinture de Kandinsky et les compositeurs Cage, Xenakis et Stockhausen entre autres.
Il réalise en 1966 son premier film, Day Tripper / Le Voyageur diurne qu’il réalisera de A à Z. Il produit une bande son faite de collages d’éléments sonores divers, bruits, ou encore quelques plages musicales déformées qu’il enregistre lui-même. L’utilisation de sa caméra Beaulieu lui permet d’effectuer des retours en arrière sur le film 16 mm et de créer des effets de surimpression en impressionnant la pellicule une seconde fois ou de clignotements en entrecroisant des images issues de plusieurs scènes distinctes. L’image du film est presque entièrement issue d’un montage dans la caméra produisant une succession d’images (comme de sons par ailleurs) fragmentées et déconstruites.
Homeo, en 1967, est l’occasion pour O’Leary de poursuivre ses expérimentations visuelles et sonores. Le rythme est plus vif, les surimpressions plus nombreuses.
En 1968 il signe son troisième et dernier film, Chromo sud. Démontrant la maitrise de ses techniques, il plonge le spectateur dans un univers sombre et psychédélique.
Proche des cinéastes Jean-Pierre Bouyxou et Pierre Clémenti, du groupe Zanzibar, il fera de brèves apparitions dans leurs films.
Les films d’O’Leary s’inscrivent dans le paysage du cinéma underground français des années 60.
En 1971, il rentre à Montréal ou il se consacre à la peinture. Diagnostiqué schizophrène en 1968, il ne produira plus de film et tombera dans l’oubli jusque dans les années 2000 et la rétrospective Jeune, Dure et Pure ! organisé à la cinémathèque par Christian Lebrat et Nicole Brenez.
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Infancia en Quebec
Tras su infancia en Quebec y sus estudios en el colegio Stanislas de Montreal, Etienne O’ Leary se fue a vivir a Francia a los 14 años junto con su familia. Su padre trabajaba como periodista para la la Radio Televisión Canadiense (Radio-Canadá) y obtuvo un puesto en París en 1959.
1958: Llegada a Francia
Desde una edad muy temprana, da muestra de una gran creatividad en el dibujo, la animación, la pintura abstracta y la música moderna.
Al término de sus estudios de secundaria, apasionado por el cine y por la cámara Beaulieu que le regala su padre, estudia dos años (1964-65) en el Conservatoire Indépendant du Cinéma Français, y descubre a los grandes del cine en la Cinémathèque de Chaillot que abre en 1963.
Una carrera breve y fulgurante: «el Rimbaud del cine»
Realiza su primera película en 1964, «Champs Elysées», inencontrable hoy… Se trata de una película de ficción de 10 minutos rodada en un paisaje nevado en Chamonix e inspirada por las películas de vampiros y las atmósferas de Murnau, Fritz Lang y Terence Ficher.
1966 : «Day Tripper/Voyageur Diurne», su segunda película, en blanco y negro, hace estallar su invención técnica con su famosa utilización del retroceso de imágenes en su Beaulieu. Es también la aparición de su musa, Michèle Giraud, que aparecerá en todas sus películas. Rompiendo con la narración lineal, «Day Tripper» nos sumerge en una serie de escenas cotidianas que chocan en una banda sonora pop con mucho ritmo. Es también una película de pintor, en la que cobran vida los estudios de proporciones y medidas del cuerpo humano.
Esta obra, y las dos siguientes, impresionan por su originalidad visual y poética. Su amigo, el también cineasta Jean-Pierre Bouyxou le bautiza como el Rimbaud del cine, y escribe: «En cada proyección que he visto de una película de Etienne O’ Leary, los espectadores la han vivido como un acontecimiento. Nunca he visto una proyección suya en la que la gente no estuviera completamente fascinada y emocionada por lo que había visto».
1967: « Homéo: Minor Death etc. Coming Back from Going Home» es su obra más extensa, de 38 minutos, en color, y la más fascinante por la sucesión de planos e imágenes superpuestas en un universo psicodélico. Desde París, Londres, Lausanne, Saint-Tropez, más de una veintena de actores nos deslumbran sobre una música experimental compuesta e interpretada por el cineasta mismo, con harmonio, piano, flautas…
1968: « Chromo Sud », en continuidad con «Homéo» es una especie de torbellino del delirio vital activo, en el que Etienne O’ Leary «desarrolla cada vez más su estilo y su montaje imagen por imagen, aproximándose a ciertas técnicas propias del cine de animación (stop motion) y creando así parpadeos perturbadores e hipnóticos» (Théo Deliyannis). Esta película que acentúa un nuevo lenguaje cinematográfico, termina con algunas de las rarísimas imágenes en color de barricadas de mayo del 68.
1971: Retorno a Montreal
Por su integridad personal, tras varias crisis de esquizofrenia a finales de los años 60, deja el cine y vuelve a vivir a Montreal; allí, durante casi 40 años, lleva una vida artística menos intensa, y se dedica principalmente a la pintura.
2000: Renacimiento del cine underground francés
A finales de los años 90 y en los años 2000, las películas de vanguardia francesas de los años 60 vuelven a escena, y en particular las de Etienne O’ Leary, que aparecen hoy como un jalón esencial para el cine experimental francés y europeo. Jean-Pierre Bouyxou y Christian Lebrat, especialmente, contribuyen al (re)descubrimiento de sus películas, que se proyectan en diversos festivales y retrospectivas: mayo y diciembre de 2000 en la Cinémathèque Française, febrero de 2004 «Hommage à Etienne O’Leary» en Journées Cine Qua Non, enero de 2009 en Irlanda, en el Cork Film Centre, 2010 en la Cinémathèque de Beaubourg, en Barcelone, en Francfort y por fin en Montreal la primera proyección en su tierra natal en la Cinémathèque, y la edición de un DVD de sus obras por parte del ICPCE.
Enfance québécoise
Après une enfance québécoise et des études au Collège Stanislas de Montréal, Etienne O’ Leary vient vivre en France, à 14 ans, suivi de sa famille avec son père, journaliste reporter à la Radio Télévision Canadienne (Radio-Canada) en poste à Paris en 1959.
1958 : Arrivée en France
Dès son plus jeune âge, il fait montrer d’une grande créativité dans le dessin, les bandes dessinées, la peinture abstraite et la musique moderne.
A la fin de ses études secondaires, passionné par le cinéma et par la caméra Beaulieu que lui offre son père, il étudie deux ans (1964-65) au Conservatoire Indépendant du Cinéma Français, tout en découvrant les grands du cinéma à la Cinémathèque de Chaillot qui ouvre en 1963.
Une carrière brève et fulgurante: « le Rimbaud du Cinéma »
Il réalise son premier film en 1964, « Champs Elysées », aujourd’hui introuvable ou inédit… Il s’agit d’un film de fiction de 10 min tourné dans la neige de Chamonix et inspiré par les films de vampires et les ambiances de Murnau, Fritz Lang et Terence Ficher.
1966 : « Day Tripper/Voyageur Diurne », son deuxième film, en noir et blanc, fait éclater son inventivité technique avec sa fameuse utilisation du retour d’image de sa Beaulieu. C’est aussi l’apparition de sa muse, Michèle Giraud, qui sera présente dans tous ses films. En rompant avec l’aspect narratif linéaire, « Day Tripper » nous plonge dans des scènes de la vie quotidienne qui se télescopent sur une bande son pop très rythmée. Et c’est aussi un film de peintre avec des anthropométries vivantes.
Cette œuvre et les deux suivantes frappent par leur originalité poétique et visuelle. Le cinéaste et ami Jean-Pierre Bouyxou le baptise le Rimbaud du Cinéma et écrit : « Chaque projection que j’ai vue d’un film d’Etienne O’ Leary a été vécue comme un évènement par les spectateurs. Je n’ai jamais vu une projection sans voir les gens complètement fascines et bouleversés par ce qu’ils avaient vu, toujours ».
1967 : « Homéo: Minor Death etc. Coming Back from Going Home » est son œuvre la plus longue, 38 min, en couleur, et la plus fascinante, par la succession de plans et d’images superposés dans un univers psychédélique. De Paris, Londres, Lausanne, Saint-Tropez, plus d’une vingtaine d’acteurs nous éblouissent sur une musique expérimentale composée et interprétée par le cinéaste lui-même, avec harmonium, piano, flûtes ….
1968 : « Chromo Sud », dans la continuité de « Homéo » est une sorte de tourbillon de l’illusion vitale active, où Etienne O’ Leary « développe de plus en plus son style et son montage image par image, se rapprochant de certaines techniques d’animation (stop motion) et créant ainsi des clignotements perturbants et hypnotisants » (Théo Deliyannis) . Ce film qui accentue un nouveau langage cinématographique, se termine par quelques unes des rarissimes images couleurs des barricades de mai 68.
1971 : Retour à Montréal
Personnalité très entière, après quelques crises de schizophrénie à la fin des années 60,
il délaisse le cinéma puis retourne vivre à Montréal, où, pendant près de 40 ans, il mène une vie artistique moins intense et se consacre principalement à la peinture.
2000 : Renaissance du film underground français
A la fin des années 90 et les années 2000, les films d’avant garde underground français des années 60 reviennent sur le devant de la scène et tout particulièrement ceux d’Etienne O’ Leary qui apparaissent aujourd’hui comme un jalon essentiel des bases du cinéma expérimental français et européen. Jean-Pierre Bouyxou et Christian Lebrat, notamment, contribuent à la (re)découverte de ses films, projetés dans plusieurs festivals et rétrospectives : mai et décembre 2000 à la Cinémathèque Française, février 2004 « Hommage à Etienne O’Leary » aux Journées Cine Qua Non, janvier 2009 en Irlande au Cork Film Centre, 2010 à la Cinémathèque de Beaubourg, à Barcelone, à Francfort et, enfin, à Montréal la première présentation sur sa terre natale à la Cinémathèque avec l’édition d’un DVD des ses œuvres par l’ICPCE.
Day Tripper / Le Voyageur diurne (1966)
Una mujer camina, ama, come y se lava, baila. Todo ocurre en una habitación. A veces hay flashbacks, o visualizaciones de escenas posteriores. A menos que su vida en la habitación se convierta en una obsesión, ella vive a través de las otras escenas.
A woman walks, loves, eats and washes herself, dances. It all takes place in a bedroom. At times flashbacks, or visualizations of previous or following scenes. Unless her life in the bedroom becomes an obsession, she lives through the other scenes.
Homeo (1967)
HOMEO es una construcción mental a partir de la realidad visual, al igual que la música respecto a la realidad auditiva. No puse ninguna intención personal en esta película. Todas mis intenciones son personales. Hice esta película en función de lo que un espectador podría querer ver, y no en función de algo específico que yo tendría que decir: lo que expresa esta película es ante todo la realidad y no la ficción. HOMEO es para mí la búsqueda de un lenguaje cinematográfico autónomo, que no le debe nada a la narración ordinaria, o quizá todo. El cine es, ante todo, parte de un modo de vida que se afirmará en los años y el siglo por venir. Somos parte de este cambio, y por eso en HOMEO he tratado de construir una serie de cambios perpetuos, en constante evolución o regresión, y que tiende, sobre todo, a concentrarse en las cosas.
HOMEO is a mental construction made from visual reality, just as music is made from auditive reality. I put in this film no personal intentions. All my intentions are personal. I’ve made this film thinking of what the audience would have liked to see, not something specific that I wanted to say: what the film depicts is above all reality, not fiction. HOMEO is, for me, the search for an autonomous cinematographic language, which doesn’t owe anything to traditional narrative, or maybe everything. Cinema is, above all, part of a way of life which will become more and more self-assured in the years and century to come. We are part of this change, and that’s why I tried in HOMEO to establish a series of perpetual changes, in constant evolution or regress, which tries, above all, to focus on things.
Chromo Sud (1968)
Es una especie de torbellino de delirios vitales y activos. Delirio necesario o no, en función de si el hombre lo domina o sucumbe a él. La película no toma una posición a favor o en contra del delirio, se contenta con expresar sus apariencias cinematográficas. Delirio que, en la película, surge del contenido y de la forma. Trato de dar a la película un auténtico valor de comunicación directo, más allá de criterios parciales. Es una especie de superproducción (todo el mundo puede entenderla) para los muertos (es una película, y no una narración, un relato, un documental, etc.; todas esas categorías literarias no encajan en el material bruto: el cine del siglo XX que se comunica con las profundidades humanas, en la medida en que es posible alcanzarlas, por supuesto, pertenece a la muerte). Cierro el paréntesis y continúo: mis investigaciones me han llevado a los libros sagrados y ocultos de Occidente y Oriente: I Ching, Libro Tibetano de los Muertos, Tao Te King, etc.; pero también a Mao Tse Tung, las revistas, los cómics, etc. Me enfrento a todo lo que se alza en mi camino, avanzando no a través del tiempo sino del espacio. Hablo de esto porque es la base de mis películas, el espacio personal, en la misma medida en que es impersonal para los humanos que no buscan proyectarse a sí mismos en el mundo desbordante, sino recibir lo que desborda de ese flujo.
It’s a kind of whirlwind of vital, active illusion. Necessary illusion or not, depending if man masters it or succumbs to it. The film does not take a position for or against illusion, it contents itself with depicting its filmic appearances. Illusion which, in the film, raises up the content and the form. I try to give to the film its true communicative value straight-on, beyond partial criteria. It’s a kind of super-production (everyone can understand) for the dead (it is a film and not a narrative, a story, a documentary, etc… all these literary categories cannot fit raw material: 20th-century cinema which communicates with the depths of man, as far as it is possible to reach it, of course: this pertains to death). As I close the parentheses, I continue: my research has taken me to the holy and occult books of the Occident and the Orient: I Ching, Barde Thödol, Tao To King etc…; but also to Mao Tse Tung or magazines or comic books etc…: I face all that stands in my way, advancing not through time but through space. I speak of this because this is the basis of my films, the personal space as it is impersonal for the man who doesn’t seek to project himself into the overflowing world, but instead to receive what is given to him by this overflow.
Traducción de textos: Javier Oliva