CINEINFINITO / Centro Cultural Doctor Madrazo
Viernes 11 de Noviembre de 2022, 19:00h. Centro Cultural Doctor Madrazo
Calle Casimiro Sainz, s/n
39004 Santander
Programa:
– La llorona (1933), 35mm, b&n, sonora, min
Formato de proyección: HD (copias restauradas)
Agradecimiento especial a Filmoteca UNAM
Ramón Peón (La Habana, Cuba; 1897 – San Juan, Puerto Rico; 1971) Periodista, mago, bailarín, músico, productor, director, camarógrafo, actor y guionista de cine.
Se inició como camarógrafo en los antiguos estudios Kalem y Vitagraph, de Nueva York. En 1920 fue asistente de dirección, en Hollywood, de dos comedias cortas tituladas Welcome rotarians y The latest from parell. Después decidió radicar en su país natal, en donde se convirtió en uno de los más fecundos realizadores del cine mudo cubano, al filmar entre 1920 y 1930, doce películas, la última de ellas fue La Virgen de la Caridad. Llegó a México en 1931 como asistente de Antonio Moreno en la película Santa, interpretada por Lupita Tovar. En 1933 debutó con el megáfono en la Llorona y de ahí se convirtió en el director más requerido de la naciente industria fílmica mexicana. En 1937 realizó La madrina del diablo, con la cual debutó Jorge Negrete. Tras el éxito de la serie El águila negra, protagonizada por Fernando Casanova, dedicó los últimos años de su carrera a dirigir el género western.
La llorona (1933)
La Llorona es una película mexicana de terror de 1933 dirigida por Ramón Peón y protagonizada por Ramón Pereda, Virginia Zurí, Adriana Lamar y Carlos Orellana. Está escrita por Carlos Noriega Hope y Fernando de Fuentes, en un guion basado en una historia de A. Guzmán Aguilera.1 Está basada en la leyenda de la Llorona. Es considerada la primera película de terror mexicana.
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El cinco de abril de 1933, en los estudios fundados por Jorge Stahl, es decir, los estudios México Films, Peón se colocó atrás de la cámara de Guillermo Baqueriza para comenzar a filmar una adaptación de Fernando de Fuentes y Carlos Noriega Hope sobre un argumento de Guz Águila. El film fue su primer trabajo como director dominante en México, gracias a la producción de Eco Films, La Llorona pudo ser lograda.
Basada en una leyenda colonial37, La Llorona narra la historia del médico Ricardo, quien festeja con su esposa Ana María el cumpleaños número cuatro de su hijo Juan. El suegro de Rodrigo, Fernando le cuenta que en su familia otros niños de la misma edad de su hijo han desparecido de forma misteriosa. Fernando decide demostrarle que es verdad y lee un libro en el que se cuenta que durante el virreinato el marqués Rodrigo evita dar su nombre al hijo que tuvo con Doña Ana. Don Diego, un enamorado de ésta, después de salvar a Rodrigo de unos ladrones, censura su intención de casarse con otra mujer de nombre Elvira.
Ana acomete en la majestuosa boda del infiel Rodrigo para después quitarle la vida a su hijo y suicidarse. Diego y Rodrigo entablan un fuerte combate con espadas que es frenado por la aparición del fantasma sollozante de Ana. Al terminar la historia que Fernando relataba a Rodrigo, Fernando es muerto víctima de un enmascarado quien trata de raptar a Juan. Ricardo logra detener el intento de rapto y acompañado de policías persigue al asesino a través de un pasaje secreto. Ahí, Rodrigo encuentra un libro donde se cuenta otra historia: la Malinche maldijo a Cortés cuando le arrebato a su primer hijo, la mujer perdió el juicio y creyó ver a su hijo en todos lo niños que miraba, al final se suicidó. Su fantasma desapareció sollozante, mientras la criada de la Malinche prometía perpetuar la maldición. Al terminar este segundo relato, el enmascarado elimina a uno de los policías y se dispone a acuchillar a Juan. Al final se descubre al asesino, la nana del niño, quien muere en el lugar de los hechos y su fantasma se aleja sollozante.
El cine de horror en México nació con esta película, porque al existir una escena que permite trasmitir malestar e incomodidad al espectador y que contiene una figura arquetípica que pretende destruir el orden social entre los personajes, nos hace remitirnos a película de horror, sin embargo, una simple sinopsis no nos deja ver cómo es que La Llorona es de forma nítida un filme de horror.
La Llorona es una película no lineal porque consta de diversos flashbacks38; primero, el director nos presenta a sus personajes en un típico festejo de cumpleaños, el primer flashback aparece a través de un relato encontrado en un libro, Peón transporta al espectador a la época virreinal a donde se cuenta gran parte de la historia. Los hechos relatados en esta parte de la historia formarán su columna vertebral, teniendo en cuenta que en la película la leyenda de la Llorona será contada en tres épocas distintas 39.
Las secuencias mostradas de la época virreinal ubican al espectador a una época distinta. La situación es clara pero esto no quiere decir que la película genere desinterés en los espectadores, la conclusión de estas secuencias termina con la huida de los ladrones y un apretón de manos entre Don Rodrigo y Don Diego. Ambos se volverán a encontrar. Con la celebración de la boda entre Don Rodrigo y Elvira, vemos que el personaje de Doña Ana posee un desenlace corto al suicidarse y quitarle la vida a su hijo sin nombre.
Peón, en las secuencias siguientes nos muestra a Don Diego y Don Rodrigo en una feroz batalla después de lo acontecido con Doña Ana, este duelo de espadas “escena inenarrable”40 es frenado súbitamente por el sorprendente fantasma sollozante de Ana Xicotencatl. Los orígenes este fantasma se remontan a la época de la fundación de la Ciudad de México, se dice que una mujer indígena enamorada de un caballero español con que tuvo tres niños él no formalizó su relación, se limitaba a visitarla y evitó casarse con ella. Tiempo después, el hombre se casó con una mujer española. Al enterarse, la mujer enloqueció de dolor y ahogó a sus tres hijos en el río. Al ver lo que había hecho se suicidó, así es como nace la leyenda y el fantasma de la Llorona.41
“En principio, la iconografía que se desprende de la estructura arquetípica del cine de Hhorror parece girar en torno a ciertos conceptos generales que podrían resumirse en la antigüedad, la religión, la naturaleza y los impulsos inconscientes, enfrentados a la modernidad, la ciencia, la civilización y la inteligencia consciente”42, en el caso de La Llorona, la construcción de esta figura arquetípica tiene sus cimientos en ese pasado que cuenta la leyenda. En La Llorona este pasado legendario es retomado por Peón y llevado a la puesta en escena con los distintos saltos en el tiempo, en este sentido los elementos que conforman a La Llorona como el pasado remoto y el pasado mítico o legendario, demuestran que esta película es un film que pertenece al cine de horror.
Es aquí donde respondo a la pregunta antes formulada sobre po rqué el cine de horror en México nace con La Llorona. Dejando atrás el cine silente, La Llorona no es sólo el primer film de horror en el cine mexicano sino también es la primera película de horror sonora y es un cine de horror que nos habla de cierta tendencia a recuperar ese pasado lejano ubicado en lo colonial y al mismo tiempo un pasado mítico.
En el film, de regreso a la época presente por medio de una elipse, es decir, un salto en el tiempo que el espectador puede absorber de forma mental, Fernando termina de contar la historia a Rodrigo cuando son sorprendidos por un enmascarado que trata de raptar a Juan y Fernando es muerto por éste. Existe una dificultad en la organización de todo relato que posee saltos en el tiempo, sin embargo, en el filme de Peón la historia funciona a partir del conocimiento de un pasado y de la percepción de un cierto futuro además de ser una historia de conocimiento colectivo.
Rodrigo, detiene el secuestro de su hijo y junto con algunos policías persigue al enmascarado a través de un pasadizo. En ese lugar se encuentra otro libro que relata la historia de la Malinche y Cortés, que es cuando esta enloquece al ser despojada de su hijo, Peón nos muestra su desesperación en una serie de escenarios abstractos, su final es el suicidio y su criada decide perpetuar esta maldición hasta que ésta es frenada con la muerte de la criada y su fantasma se aleja sollozante.
Todos los fantasmas como la Malinche, la criada y el de Ana Xicontencatl, se presentan en el film de manera similar: un fantasma aullante. Pero en esta película la Llorona sólo grita “¡ay!” y en la leyenda grita “¡ay mis hijos!” Este es un aspecto particular que denota que la inspiración vino de la leyenda, sin embargo, Peón le dio un toque particular. En las películas de fantasmas de los años siguientes, tanto el público como los personajes tratarán de descubrir qué es aquello que perturba el orden social y de forma general es sólo una figura arquetípica la que genera los percances dentro de este aparente orden. En La Llorona el público esta expectante a las situaciones que se presenten a través del relato. Existen elementos que denotan misterio, como el desconocimiento de ciertos hechos o el anonimato de ciertos personajes, éstos son suficientes para hacer que el público esté intrigado pero conforme avanza la película se van esclareciendo las cosas y el misterio desaparece.
Esta película marcó el inicio de las colaboraciones que tuvo Ramón Pereda en los filmes de Peón. En 1927, Pereda participó en la película silente Conspiración del director Manuel R. Ojeda. Viajó a Hollywood donde consiguió firmar varios contratos como actor con importantes compañías de la época: Paramount, Metro Goldwyn Mayer y Columbia Pictures entre otras.
Entre las cintas en las que participó en esa industria se encuentran: El cuerpo del delito de Cyril Gardner y Amor audaz de Lois Gasnier ambos filmes de 1930. Regresó a México en 1933 continuó su carrera como actor en producciones nacionales, siendo la primera de ellas La Llorona y un año después actuaría en Cruz Diablo de Fernando de Fuentes. En 1937 Ramón Pereda fundó, junto con Ramón Peón, la empresa productora Pereda Films y debutó como productor, director y argumentista de la película Las cuatro milpas, protagonizada por su primera esposa, la actriz Adriana Lamar.
En La Llorona, de principio a fin la película nos muestra las peripecias de un personajes clásico, es decir, el personaje, en este caso Ricardo (Ramón Pereda), que no es el mismo al principio que al final del film. Peón muestra un recorrido en el cual su personaje comenzó siendo un incrédulo y al final éste cambia, no gracias a la intriga sino a cómo ésta actúa sobre él. Cuando no creía en la leyenda relatada por Fernando, al final Ricardo casi es víctima de ésta.
Los personajes de Peón en esta película no son personajes que estén en situaciones privilegiadas porque siempre están en conflicto, basta mencionar una de las secuencias de la época colonial, por ejemplo: el marqués Rodrigo niega dar su nombre al hijo que tuvo con doña Ana; he aquí un conflicto. Sin embargo, pese a que sus intenciones son manifiestas y visibles, no es una situación que favorece al personaje de Adriana Lamar, de hecho este conflicto tendrá un final trágico para el personaje.
Incluso Fernando, que es un narrador, cuando menos se da cuenta es víctima de su trabajo en la historia y el secuestrador enmascarado le quita la vida al terminar su narración, así La Llorona esta compuesta de diversos elementos como: el uso de una leyenda popular para elaborar un argumento cinematográfico, diversos saltos en el tiempo los cuales transportan al espectador a distintas épocas y el uso de la figura arquetípica con lo cual este film se convirtió en el primer film de cine de horror en México.
Para el 12 de marzo en algunas páginas de los periódicos del país se podía ver anuncios de las películas como Vámonos con Pancho Villa y dentro de todos esos anuncios aparecía ya el del estreno de La Llorona, en este primer anuncio se puede leer: “Inspirado en leyendas de puro mexicanismo» y al final el nombre de la productora, Eco. Films. No faltaría mucho para que la película se postrara en las pantallas de los cines mexicanos.
En aquellos años, El Universal señalaba a La Llorona como la más nueva e inquietante cinta, una película que gustaría a las mayorías y a las minorías. Se publicaron dieciocho escenas del guión adaptado de un argumento de Guz Águila, guión hecho en su mayoría por Carlos Noriega Hope y Fernando de Fuentes, escenas del guión que podían leerse antes de ver la película. El Universal dio gusto a sus lectores al publicar fragmentos del guión, la intención era mostrar al público como se hace un film; por otra parte, también se buscó su promoción.
El prisionero 13 también fue un film del que publicaron fragmentos de su guión, en1933. La Llorona fue la película más costosa que se ha producido en el país y anunciada como la película que todo México quería ver, tuvo su estreno el 25 de mayo en el cine Olimpia al precio de un peso la entrada en la luneta del cine y tuvo dos horarios de exhibición a las 6:10 pm y a las 9:40 pm.
Cuando hablamos de La Llorona nos referimos a una película importante porque es un filme en el cual colaboraron muchas de la figuras que forjaron la industria cinematográfica en el país hacia la época del cine de oro. Es un film que retomó una leyenda colonial haciendo hincapié en lo nacional y en el pasado remoto. Peón encontró a su figura arquetípica: el fantasma. Por otra parte, al contar con una narrativa no lineal rompe con el esquema clásico de las películas que se habían producido hasta ese momento, la fotografía de la película permitió que se contara con dinamismo y fluidez. La Llorona el primer filme de Horror en México, he aquí su importancia y con esto los orígenes del género en nuestro país, con el paso de lo años era de esperarse que se lograran otras versiones.
En 1932 el cine de Horror norteamericano contó con películas como Drácula y Freaks de Tod Browning, Frankenstein de James Whale y La momia de Karl Freund, que quién junto a Jünter Rittau realizaron la fotografía de la épica Metropolis de Fritz Lang pero ¿qué elementos hacen que estás películas mencionadas sean diferentes de La Llorona de Ramón Peón? Las diferencias son simples pero al mismo tiempo hacen que el cine de horror nacional sea distinto al cine de horror norteamericano: “Drácula”, “Frankenstein” y “La momia” son figuras arquetípicas al igual que los fantasmas como La Llorona pero los fantasmas, así como los fenómenos paranormales, lo explotaría el cine norteamericano años más adelante. En efecto he aquí una similitud con el cine de horror norteamericano pero en cuanto lo que representa una figura arquetípica en este cine, es decir, un ente corruptor del orden social. Sin embargo un fantasma, no es un ser chupa sangre, una creación esperpéntica de un científico loco y muchos menos un ser momificado por el hombre hace varios miles de años. El fantasma presentado por Peón es producto del contexto de un pasado encarnado por lo prehispánico y lo colonial gracias a la llegada de los españoles, esto es lo que distingue a La Llorona de las películas de La Universal (Drácula, Frankenstein, La momia) y de Freaks de la RKO.
1933 para el cine de horror representó la llegada del King Kong a la pantalla grande, así como la aparición de otro film de James Whale: El hombre invisible. Ambas películas presentaron figuras arquetípicas, por una parte un gorila gigantesco y en el otro caso un individuo transparente gracias a cierta formula científica, sin embargo, los dos ejemplos son un figura arquetípica porque ambos atentan contra el orden social. El hombre invisible atormentando a las personas de una comunidad curiosa que desea descubrir quien ese extraño sujeto que a su vez causa gran alboroto. Y en el otro ejemplo encontramos a un animal gigantesco que al salir de su habitat abruma a toda un ciudad. Si comparamos estas dos muestras de la cinematografía del horror con La Llorona de Peón lo único que encontramos son diferentes figuras arquetípicas pero con la misma afinidad que posee el género: alterar el orden social dentro del universo de los personajes. Es decir, ambas cinematografías son similares en cierto sentido pero no iguales en su totalidad.
Víctor Israel Torres Segura
“Inicios del cine de horror en México” 1933-1940
35 Agramonte, Arturo y Luciano Castillo, Ramón Peón. El Hombre de los glóbulos negros, México, DF., Editorial UNAM, Dirección de actividades cinematográficas, 1998, p. 54.
36 García Riera, Emilio, Op. Cit., p. 43
37 De los Reyes, Aurelio, Op. Cit., p. 133.
38 Una escena o secuencia que se inserta en el tiempo presente de la narración cinematográfica para mostrar una acción pretérita. García Tsao, Leonardo, El ojo y la navaja. Ensayos y críticas de cine, México, Aguilar, 1998, p. 334.
39 “Al buen estilo de Grifftih y De Mille”. García Riera, Emilio, Op. Cit., p. 42.
40 Ibíd., p. 43.
41 Álvarez, José Rogelio, Leyendas Mexicanas, Vol. 1. España, Editorial Everest, 2001. 42 Losilla, Carlos, Op. Cit., p. 52